El sistema de almacenamiento de energía CHEX, capaz de proporcionar energía limpia de forma continua, sustentable y sin riesgos de suministro, obtuvo el galardón en la categoría Energía Colbún.
Visibilizar los casos de éxito que están creando valor en innovación para el país, y que contribuyan a acelerar su desarrollo sostenible, es el objetivo del Premio Nacional de Innovación Avonni, organizado por la fundación Foro Innovación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, El Mercurio y TVN.
Este año, entre las 20 categorías existentes, el galardón Energía Colbún se otorgó a CHEX (sigla de Compressed Hydro Energy Storage), una tecnología nacional para el almacenamiento de energía desarrollada en el Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal), perteneciente a la Universidad Federico Santa María. Su aporte en producción de energía limpia de forma eficiente y a bajo costo le permitió quedarse con el reconocimiento, en un certamen que también tuvo como finalistas a las iniciativas Movener E-Power, una solución orientada a convertir camiones diésel en vehículos híbridos-eléctricos, y Ruuf, un modelo de negocios y software para facilitar el acceso a paneles solares a nivel residencial
“Para nosotros resulta muy valioso este reconocimiento, porque no sólo ratifica que nuestra tecnología, que destaca por ser simple, accesible y sustentable, representa una alternativa que puede tener un rol importante en hacer realidad la transición energética en Chile, sino que también confirma que soluciones pensadas, inventadas y desarrolladas en nuestro país pueden resolver problemas de escala global”, comenta Christian Romero, investigador CCTVal y CEO de CHEX.
La tecnología
En un contexto mundial marcado por la necesidad de desincentivar el uso de combustibles fósiles, la implementación de energías limpias y renovables que no dependan de la intermitencia de sus fuentes es uno de los mayores desafíos actuales.
Ante ello, CHEX ofrece una solución innovadora para el almacenamiento energético de bajo costo y fácil implementación, que garantiza un suministro limpio, continuo y sin riesgos de interrupción.
Esta tecnología funciona mediante la combinación de estanques de aire comprimido y agua que forman en conjunto un sistema de propulsión. El proceso emula la acción de una jeringa que inyecta aire hacia una turbina hidráulica de alto caudal, generando así energía eléctrica.
Junto con su simplicidad de diseño e implementación, las ventajas de la tecnología son múltiples: su autonomía eléctrica supera las 10 horas, posee alta eficiencia de conversión eléctrica (>53%) y su escalabilidad va desde 1MW a 200MW. Adicionalmente, su funcionamiento no genera residuos químicos y permite que por cada MW almacenado se dejen de emitir 300 kg de CO2 .
“Las soluciones actuales, basadas principalmente en baterías, no solo son costosas, sino que además generan residuos y tienen una vida útil limitada, lo que las hace poco sostenibles a largo plazo y elevan los costos e inversiones que deben hacerse para su funcionamiento. CHEX, por su parte, soluciona estos aspectos proponiendo una tecnología sencilla, ambientalmente responsable y económicamente conveniente”, añade Romero.
Actualmente, CHEX cuenta con patentes en Chile, Argentina, Australia y Europa, con diversas firmas e inversionistas interesadas en su escalamiento. Esto, junto al reconocimiento entregado por Avonni, confirman su relevancia en el creciente mercado global en torno al uso de energías renovables no convencionales y su viabilidad como una tecnología clave para el proceso de transformación de la matriz energética nacional e internacional.